Cartier, la famosa marca de joyas y relojes francesa, debe su nombre a la familia de joyeros que lideró la entidad hasta 1964. Es conocida por su amplia trayectoria complementando a reyes y celebridades, tanto es así que Eduardo VII afirmó que eran 'los joyeros de los reyes, los reyes de los joyeros'.
La familia Cartier comenzó su andadura en un pequeño taller, en número 29 de la rue Montorgueil de París. Louis-Francois Cartier dedice en 1847 tomar las riendas del negocio que llevaba hasta entonces su maestro, Adolphe Picard. En 1874, su hijo Alfred toma las riendas de la firma, siguiendo con la saga familiar sus tres hijos (Louis, Pierre y Jacques). Serán ellos los que le den a Catier el impulso final para convertirse en una gran marca.
No obstante, el verdadero triunfo de la marca fue diseñar un reloj mucho más práctico que los de bolsillos, por recomendación de un amigo de la familia, Alberto Santos Dumont. De esta manera nació el primer reloj de pulsera para caballero, "Santos". Con esta pieza, el mercado de los relojes da un giro, convirtiendo al reloj de pulsera en un complemento indispensable.
Recaudando los beneficios de sus éxitos van pasando los años y la familia Cartier amplia su negocio abriendo sucursales por diferentes partes de la geografía: París, Nueva York y Londres. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cada una de las delegaciones es asignada a un hermano Cartier, hasta que en 1964 la familia deja el control de la empresa.
Entre sus encargos más famosos se encuentran en Bestiary, diseñado para el nombramiento del maharajá Yadavindra, o la venta del diamante azul para la prestigiosa clienta Evalyn Walsh. Cartier forma parte del conglomerado suizo Richemont y en la actualidad exhibe parte de sus joyas en el museo Thyssen. Aquí os dejo un reportaje donde podréis disfrutar de algunas de sus increíbles piezas:
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